“Al final del
verdadero amor está la muerte y sólo un amor que termina en muerte es amor”
La fama y el prestigio preceden el nombre de Milán
Kundera, autor checoslovaco de diversas obras tales como: “La insoportable levedad
del ser”, “La Broma”, “El libros de los amores ridículos”, entre otros.
En muchas ocasiones, el interés político de Kundera
aparece en varios de sus escritos. De igual manera, sus libros nos deleitan con
pinceladas filosóficas en cada página donde el autor posa su pluma; muchos
afirman que sus grandes influencias son Nietzsche y Kafka. El checoslovaco
salpica sus obras con tintes de humor negro, detalle muy característico en su
narrativa.
El libro de los amores ridículos, contiene siete
historias en donde Kundera se burla de los amores y problemas que éste provoca;
del juego de la conquista que se ha banalizado; de los monumentos inconscientes
que guardamos en nuestras memorias y por miedo a ensombrecerlos nos privamos de
los placeres que la vida nos ofrenda; de la belleza que puede engañar a
nuestros sentidos y hasta a nuestros corazones y del impacto que un rechazo
puede tener en nuestras vidas.
Se comienza a cuestionar de los amores no
correspondidos, con frases tales como: Si
alguien se enamora de él, ¿acaso se convierte automáticamente en responsable de
sus actos? Y termina respondiendo dicha interrogante afirmando que las
personas son responsables de su ignorancia, puesto que el saber es una
responsabilidad y el desconocimiento que lastima a otros quedará siempre en
nuestra conciencia.
La omisión de nuestros actos no nos exenta de ellos, no es tan fácil escapar de lo que preferimos no ver, de la venda que nos ponemos por miedo a ser sinceros con nosotros mismos y con los otros. Al contrario, dicha ignorancia nos vuelve aún más culpables, ya que nos coronamos como ingenuos, y sin embargo nos convertimos en los mayores pecadores. De igual manera, delibera cómo el amor de un individuo carente de belleza se vuelve más puro, por la devoción que se tiene al otro ser, así como la inexperiencia que se tiene en ese ámbito.
La omisión de nuestros actos no nos exenta de ellos, no es tan fácil escapar de lo que preferimos no ver, de la venda que nos ponemos por miedo a ser sinceros con nosotros mismos y con los otros. Al contrario, dicha ignorancia nos vuelve aún más culpables, ya que nos coronamos como ingenuos, y sin embargo nos convertimos en los mayores pecadores. De igual manera, delibera cómo el amor de un individuo carente de belleza se vuelve más puro, por la devoción que se tiene al otro ser, así como la inexperiencia que se tiene en ese ámbito.
Milán Kundera, lo vuelve a hacer, nos vuelve a
ilustrar con su magistral capacidad para crear mundos de amores tortuosos y que
al mismo tiempo son hilarantes para el lector, gracias al cinismo de su pluma
nos hace reflexionar sobre las relaciones humanas y los amores que cada día
parecen empobrecerse. En cada relato nos adentramos a la psicología de los
personajes, intentando encontrar la mayor aproximación de cómo el ser humano
está viviendo los amores.
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